martes, 19 de febrero de 2008

El montaje intelectual

Facilitada por el uso de dispositivos tecnológicos, se profundiza la tendencia de crear un intercambio o mezcla entre las expresiones artísticas tradicionales, y de establecer una nueva relación con el mundo científico / tecnológico. La reproductibilidad técnica primero, la electricidad y después lo digital han incidido indudablemente en el desarrollo de la sociedad, al punto que los mismos artistas se han apropiado de estos recursos para investigar sus posibles aportaciones y aplicaciones en sus prácticas creativas. Las contribuciones primero del medio cinematográfico, después del vídeo y, en los últimos diez años, del ordenador con sus múltiples aplicaciones, han favorecido un tipo de integración de los medios audiovisuales a la producción artística que generó nuevas formas expresivas que los estudios visuales han catalogado bajo diferentes denominaciones de género: videoarte, video teatro, videoinstalaciones, arte electrónico, net art y arte multimedia, entre las más transitadas. Como era de esperar, el artista -desde su condición de "artesano"- no se limitó a observar los descubrimientos científicos y tecnológicos legitimados en el mercado, sino que se apropió de ellos, provocando resignificaciones que, desde Duchamp y ManRay, han tejido una compleja trama de intertextualidades e hibridaciones. El campo del arte, históricamente separado del mundo científico, empezó un lento camino de acercamiento para proveerse de dispositivos capaces de materializar sus intuiciones y crear lenguajes alternativos. En tal sentido, podemos pensar que lo híbrido y lo lúdico en el arte son los aspectos que más relación tienen con las nuevas formas de arte multimedial e interactivo: los intentos de generar "lenguajes originales", sumando expresiones artísticas complementarias, nos remiten a las actuales propuestas de instalaciones o performances virtuales y la dinámica del juego se relaciona con la actitud siempre presente de combinar y modificar las propuestas en el proceso creativo. En este contexto lo tecnológico juega un papel muy importante porque la creación artística, en este ámbito, le confiere una función no sólo instrumental. La lógica operativa de los nuevos soportes audiovisuales, cámaras y grabadoras digitales, softwares, micro y maxi pantallas conectadas a la red, se vuelve parte determinante para la búsqueda de nuevos lenguajes creativos dentro de un marco de referencia fijado por la misma tecnología. Se ha podido dar así una evolución de un particular tipo de arte hacia propuestas más complejas gracias a las mayores posibilidades tecnológicas, que permiten mezclar varios lenguajes desde el artístico hasta el científico. Es posible además comprobar que el deseo de los cineastas de encontrar un lenguaje propio del medio cinematográfico, fuera de la linealidad narrativa, se puede reconducir a la no-linealidad del lenguaje digital así como a las video-instalaciones con monitores y pantallas desplazadas, donde se descomponen y recomponen imágenes fragmentadas, lo que representa nuevos intentos de proponer formas más complejas de percepción de nuestro hábitat. El entorno se ha transformado (digitalizado)y no es exagerado postular que no se reduce a lo que percibe nuestro ojo; se han multiplicado los escenarios y se interrelacionan en un espacio-tiempo imprevisible: el imaginario y lo "supuestamente real", se manifiestan en las pantallas y, a su vez, estas se encuentran en todos los espacios posibles, con diferentes tamaños, con movilidad, con posibilidades de generar una comunicación interactiva que exige fuertes esfuerzos de comprensión y síntesis para no caer abrumados por la inflación de imágenes.

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